El pasado domingo 19, marcó la última vez que Elena Isabel Peñas, de 21 años, desapareció de su domicilio familiar. Tras una intensa búsqueda que duró cuatro días, la Guardia Civil hizo un hallazgo desgarrador este jueves por la mañana: el cuerpo sin vida de Elena en las inmediaciones del embalse del Molino de la Hoz, en Las Rozas.
Elena estaba atravesando una fase de depresión y, según fuentes de la Benemérita a Madrid Total, era común que se ausentara de su hogar para estar “con su pareja”. Estas fuentes indican que su conducta de fuga era recurrente y que su desaparición del domingo fue, como las anteriores, voluntaria.
La última vez que se vio a Elena fue el pasado domingo 19 en la zona residencial de la avenida de Lazarejo, cercana al lugar donde finalmente se encontró el cadáver. La Guardia Civil ahora trabaja intensamente para esclarecer las causas tanto de su desaparición como de su fallecimiento.
La desaparición de Elena fue denunciada por su familia este lunes, lo que llevó a la activación de un amplio dispositivo de búsqueda. Este operativo fue liderado por las unidades de seguridad Ciudadana de la Guardia Civil en Las Rozas y la Policía Judicial de Madrid, e incluyó la participación de buzos (GEAS), el grupo de rescate en montaña de la Benemérita (GREIM), unidades caninas, helicópteros, el SEPRONA y Protección Civil. Se había planificado una batida vecinal por la zona para la tarde del jueves, pero el trágico desenlace se adelantó.
La noticia de la desaparición de Elena causó una gran conmoción en Las Rozas, especialmente en la zona noroeste, cerca de Molino de la Hoz. Esta área se caracteriza por ser una urbanización de alto poder adquisitivo, con amplios chalés unifamiliares en parcelas de tamaño medio, rodeados de zonas boscosas y arroyos.
El retrato de Elena se difundió rápidamente a través de las redes sociales y los canales de SOS Desaparecidos, que describió a la joven como una “persona vulnerable” que necesitaba medicación periódica. La zona donde se encontró su cuerpo es un pequeño pantano alimentado por las aguas del río Guadarrama, a poca distancia de la presa de El Gasco. Elena vivía muy cerca de este lugar, en un entorno familiar que ahora enfrenta una profunda tragedia.
Este caso subraya la importancia de la atención y el apoyo a las personas que atraviesan momentos difíciles de salud mental, así como la rápida respuesta y la extensa colaboración en las búsquedas de personas desaparecidas.