Aunque la carne que se obtenga de las tradicionales matanzas domiciliarias se destine única y exclusivamente para satisfacer las necesidades del consumo familiar, la normativa de la Comunidad de Madrid exige que se someta a una inspección.
Los cerdos sacrificados, aunque sea para autoconsumo, tienen que ser analizados por un veterinario autorizado por la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad. La muestra mínima será:
- 1 g de los pilares del diafragma.
- 2 g de los pilares del diafragma en el caso de las cerdas de cría y los verracos.
Si no se dispone del pilar del diafragma, deberá tomarse una muestra de doble tamaño, de la parte del diafragma situada cerca de las costillas o del esternón, o de los maseteros, la lengua o los músculos abdominales.
- Te recomendamos -