La Comunidad de Madrid es muy activa en este sentido, ya que en ella se notifica una de cada cuatro alertas que se producen en el país respecto de los productos que suponen algún peligro para la salud o la seguridad de los consumidores. Es la labor de inspección que se realiza desde la Administración la que permite detectar estos productos, gracias a las visitas a comercios y almacenes.
Muchos de estos productos son de consumo diario. Algunos de los más destacados son los destinados a los más pequeños, como juguetes, ropa infantil o artículos de puericultura, pero también se realizan labores de inspección en otros tan comunes como los cargadores, los enchufes, los pequeños electrodomésticos o los disfraces.
Como actúa la Dirección General de Comercio y Consumo
Existen diferentes mecanismos que ponen en marcha una inspección a una empresa. Entre los más frecuentes se encuentran las denuncias de los consumidores, la comunicación con otros organismos, las propias campañas de inspección que realiza la Dirección General de Comercio y Consumo o la red de alertas que publica AECOSAN.
Una vez denunciada o detectada la posible infracción, los inspectores y personal técnico visitan el establecimiento y realizan las comprobaciones pertinentes para determinar si se cumple o no la normativa aplicable. Se analizan los productos de consumo no alimentarios, a través de laboratorios acreditados, los cuales emiten informes técnicos y dictaminan si cumplen con las exigencias de seguridad o si incumplen requisitos de etiquetado o calidad.
Tras la inspección, los técnicos establecen dos procedimientos: si existe posibilidad de subsanación, se establece un plazo para que la empresa pueda corregir la irregularidad. En el caso de que la subsanación no quede acreditada o las infracciones sean de suficiente entidad, se tramitan expedientes sancionadores, que dan lugar a la imposición de una multa para la empresa y a la retirada del producto del mercado.
Asimismo, la legislación obliga a las empresas a adoptar las medidas adecuadas cuando tienen indicios suficientes de que han puesto en el mercado productos que presentan un riesgo importante para el consumidor. Entre estas medidas se incluyen la retirada de esos productos del mercado, informar a los consumidores mediante la publicación de avisos especiales y recuperar los productos que hayan sido vendidos.
Cómo identificar un posible producto peligroso
Además de la labor que se realiza por parte de las distintas administraciones públicas para detectar a tiempo posibles infracciones o productos peligrosos, como consumidor, es conveniente estar atento al etiquetado de los productos, que le proporcionará las claves necesarias de garantía de los productos en venta:
Cuando un producto no cumple con todos los estándares de seguridad, se incluye en la red de alertas que los diferentes organismos oficiales ponen a disposición de los consumidores para este fin:
Reclamaciones
Si se encuentra en alguna ocasión con un producto que crea que no cumple con las garantías de seguridad y salud, puede poner una denuncia en la Dirección General de Comercio y Consumo.
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