La consejera de Cultura, Turismo y Deporte en funciones, Marta Rivera de la Cruz, ha asistido hoy al acto de puesta de largo, en compañía de su director artístico, Juan Mayorga, y ha subrayado “la calidad de una propuesta escénica a la altura de las mejores temporadas, institución que cada año demuestra que es un referente de la cultura madrileña y española”.
La programación es muy diversa en estilos y concepciones escénicas, con propuestas que exploran desde el teatro documento a la autoficción, pasando por la máscara, el títere para adultos, la ópera, la poesía visual y la última literatura dramática. Se seguirá apostando también por la danza, la música, la poesía y el encuentro de figuras del pensamiento contemporáneo con líderes de la creación teatral.
El autor Pascal Rambert y su palabra apabullante abre la temporada con la reposición de lo que fue uno de los éxitos de la temporada anterior, Finlandia. Septiembre en el Teatro de La Abadía también incluye el estreno absoluto de Rabia, la versión teatral de la novela de Sergio Bizzio, con Claudio Tolcachir en la dirección y sobre las tablas, acompañado en la dirección por Lautaro Perotti.
La palabra en continua interacción con la dramaturgia de objetos volverá con la reposición de El mar. Visión de unos niños que no lo han visto nunca, de Alberto Conejero y Xavier Bobés, que confirma el compromiso de La Abadía con el teatro de la memoria. También es muy especial la propuesta internacional de Familie Flöz, FESTE, el virtuoso trabajo de máscaras de una compañía puntera en este ámbito. Asimismo, estará presente la Premio Nobel Elfriede Jelinek, autora poco representada en los escenarios españoles, que Magda Puyo recupera con una especial sensibilidad plástica en el texto Viaje de invierno.
Josep Maria Miró, Premio Nacional de Literatura Dramática, firma el texto El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar, una función a siete voces interpretada por un solo actor, Pere Arquillué. El autor presenta también la versión escénica de la novela Reyes del Mundo, y pasará por el Corral de Comedias de Alcalá con el texto Yo, travesti. Por su parte, Los catalanes Cultura i Conflicte regresan con su espectáculo Moríos, con la colaboración de la coreógrafa Sol Picó.
Dentro de esta diversidad de propuestas, la danza estará presente con el nuevo proyecto de 10&10, Así habló Zarathustra, en el que la artista visual Elisa Sanz, junto a las coreógrafas y bailarinas Inés Narváez y Mónica Runde, que contarán en esta ocasión con los hermanos QY Bazo en la dramaturgia.
Las producciones de La Abadía
El director fundador del Teatro de la Abadía, José Luis Gómez, dirige y firma, junto a Javier Huerta Calvo, la dramaturgia de Vuelan palomas. Se trata de una coproducción con la Compañía Nacional de Teatro Clásico en la que hace un recorrido por los sermones del Siglo de Oro, mostrando cómo el oficio del predicador no era del todo ajeno al del cómico. También la barcelonesa Sala Beckett será otro de los aliados en esta temporada con la coproducción de El lector por horas, de José Sanchis Sinisterra.
Este recinto escénico vuelve a colaborar con el Teatro Real en Pierrot Lunaire, con dirección e interpretación de Xavier Sabata, a partir de una producción original del Gran Teatre del Liceu. Un claro compromiso de las tres instituciones por acercar la ópera contemporánea a nuevos públicos. La colección será la cuarta propuesta de coproducción, esta vez con Lazona, un texto escrito y dirigido por Juan Mayorga y con los veteranos José Sacristán y Ana Marzoa al frente del reparto. En el ámbito de las producciones propias, destaca Casting Lear, con Andrea Jiménez, de Teatro en Vilo, en colaboración con Barco Pirata.
Además, en la programación de la próxima temporada estarán presentes compañías históricas con un largo recorrido, que han supuesto un incentivo en la creación de un lenguaje propio en el panorama nacional. Es el caso de Titzina, con más de veinte años de trayectoria, que trabaja un teatro basado en una clara gramática corporal y plástica en todas sus propuestas. En esta ocasión presentan Búho, un espectáculo que entra en las profundidades de la tierra para hablar de la memoria y la identidad.
Los malagueños El Espejo Negro, una compañía de títeres para adultos con más de 30 años de vida, aterrizan por primera vez en La Abadía para representar la adaptación para marionetas de El verdugo, la película homónima de Berlanga y Azcona. Por su parte, los vascos Tanttaka, con cuarenta años de historia, representarán la versión escénica de la novela El color de la leche, una adaptación realizada por la propia autora, Nell Leyshon.
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