El proceso europeo de escasa cuantía, recogido en los artículos 20 a 23 del Reglamento CE nº 861/2007 del Parlamento Europeo, es un tipo de procedimiento judicial para demandas civiles y mercantiles en el marco de la Unión Europea.
Se puede recurrir al proceso europeo de escasa cuantía para presentar una demanda contra una empresa o una organización domiciliada en cualquier país perteneciente a la UE, excepto Dinamarca. El proceso se aplica a demandas de hasta 5.000 euros.
Se trata de una alternativa judicial a los procedimientos nacionales. Las sentencias del procedimiento europeo de escasa cuantía son vinculantes y ejecutables en los demás países de la UE, sin que se puedan impugnar, salvo que existan incoherencias con una sentencia ya dictada en otro país de la UE entre las mismas partes.
Es un procedimiento judicial que se realiza por escrito, a través de una serie de formularios que deben rellenar cada una de las partes. En algunos casos el tribunal puede considerar necesaria una vista oral. Se aplica la legislación aplicable al país donde se vaya a ejecutar la sentencia.
Para iniciar un proceso de escasa cuantía no es necesario contratar a un abogado, y se trata de demandas que se resuelven con rapidez y sencillez, teniendo en cuenta las complicaciones administrativas que pueden representar las causas transfronterizas.
Normalmente, hay que pagar una tasa judicial que se reembolsa si prospera la demanda. En los casos transfronterizos, también es posible que haya que pagar por la traducción de los formularios. Este coste también se reembolsa si la demanda prospera.
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