La acrilamida no es una sustancia que se añada intencionadamente a los alimentos, sino que se forma siempre que se dan una serie de condiciones.
Se forma en alimentos que tienen alto contenido de hidratos de carbono (almidón) y de ciertas proteínas (las que contienen un aminoácido denominado asparagina) al hornearlos, freírlos o tostarlos a altas temperaturas (entre 120º y 150ºC). Por ejemplo: en tostadas, patatas fritas, bollería, galletas, café, etc.
Al hornear, tostar o freír alimentos esos alimentos se produce la “reacción de Maillard”, que origina la aparición de una serie de aromas, colores y sabores deseables (esa reacción es la responsable del color de los asados y tostados). Al someterlos a temperaturas elevadas también se origina la acrilamida. Por eso, cuanto más tostado esté el alimento, mayor probabilidad de que se forme acrilamida. Ver el gráfico siguiente.
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