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VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana) ITS (Infecciones de Transmisión Sexual)

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El Tratamiento Antirretroviral de Gran Actividad (TARGA en español o HAART en inglés) se basa en combinaciones de varios fármacos que actúan sobre las enzimas del VIH, y también de los que actúan sobre otros pasos como la fusión y algunas etapas de la maduración del virus.

Los antirretrovirales, básicamente, lo que hacen es bloquear la actividad de estas enzimas interponiéndose entre ellas y las partes de la célula infectada sobre las que actúan. De este modo, las enzimas del VIH no pueden cumplir con su función y el proceso de replicación del VIH se ralentiza, se detiene o bien da como fruto partículas virales que no son viables.

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Con ello se consigue reducir drásticamente el nivel de actividad del virus y, por tanto, la cantidad de partículas virales en la sangre y dentro de las células, con lo cual se reduce el número de células afectadas y el sistema inmunitario puede irse recuperando paulatinamente, con un incremento de los CD4 que garantice una correcta protección inmunitaria y permita evitar o retrasar todo lo posible la aparición del SIDA.

Los fármacos antirretrovirales, además, también reducen la cantidad de virus presentes en otros fluidos del cuerpo, en particular, en aquellos implicados en la transmisión del virus de persona a persona, como son la propia sangre, el semen, el flujo vaginal y la leche materna. Esto es muy importante a la hora de reducir el riesgo de infección, especialmente en la transmisión materno-fetal.

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No obstante, los fármacos antirretrovirales actuales no pueden eliminar al virus por completo del cuerpo. Esto es así porque no llegan con la fuerza suficiente a determinadas zonas como el sistema nervioso, los testículos, los ganglios intestinales y otros “santuarios” donde el VIH está menos expuesto a sus efectos, por lo que siempre el VIH conserva el potencial de volver a replicarse con rapidez.

Por ello, una vez que se inicia la terapia antirretroviral, hay que tomarla de por vida, correctamente, respetando dosis y horarios, para impedir que el VIH pueda proliferar.

 

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